diumenge, 6 de maig del 2012

BENDITO CAJÓN

Las pesadillas que antes protagonizaban mi sueños no son ahora más que recuerdos que guardo en un cajón. En mi nuevo cajón. He necesitado llenar el anterior para poder hacerme con otro, pero esta vez lo he escogido sin fondo. Cada palabra, cada recuerdo que he decidido guardar allí cae y cae y cae y cae... para siempre. Nunca llega a ningún lugar. Nunca choca contra otro recuerdo cubierto de polvo. Nunca rebota contra el suelo y coge impulso para volver a asomar entre las ranuras por las que se vislumbra la salida. Nunca vuelve. Nunca más existirá. 

Pero no os confundáis. No es un cajón de olvido, ni un cajón dónde esconder cosas. Es un lugar dónde deshecharlas. ¿Qué algo te recuerda aquella tarde de verano que de repente se volvió gélida? Al cajón. ¿Qué suena esa canción que te remueve las entrañas? Al cajón. Y así tantas veces cómo quieras.

Además, el cajón también acepta personas. Y yo acabo de guardar a una en él.


Bendito cajón.

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